¿Quién gana y quién pierde con el Estado boliviano?

¿Quién gana y quién pierde con el Estado boliviano?

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Imaginemos la situación de María:

* Ella paga por impuestos, digamos IVA e IT, Bs 100

* Ella recibe del Estado, digamos por subsidio a la gasolina y el Bono Juana Azurduy, Bs 50

* Entonces, en el neto, ella aporta al Estado boliviano más de lo que recibe, aporta Bs 100 y solo recupera Bs 50

* María podría ser liberal y pedir la eliminación del Estado

Ahora imaginemos la situación de Juan:

* Él paga por impuestos Bs 25

* Él recibe del Estado, por subsidio a la gasolina y como empleado público del Estado, Bs 1000

* Entonces, en el neto, él recibe más de lo que aporta

* Juan, al contrario de María, está a favor del Estado

Antes de continuar, un par de alertas. No quisiera entrar a la semántica de Estado o Gobierno, creo que no tiene sentido. Así como tampoco quiero introducir la inversión pública o privada, por una sencilla razón, tanto Juan como María muchas veces no la consideran en su análisis… aunque sí deberían hacerlo.

¿Podemos realizar el ejercicio para todos los bolivianos? La respuesta es sí, es posible realizar una aproximación, “cruda” pero aproximación al fin. Veamos la siguiente Tabla (y la Figura), que tiene un atractivo en sí misma.

¿Cómo leemos esta Tabla? Por ejemplo, el año 2023 los bolivianos recibimos (por las transferencias ahí detalladas) Bs 18,158 millones; por otra parte, los impuestos que pagamos fueron Bs 32,934 millones. En este caso estamos en la posición de María, tributamos más de lo que recibimos, de hecho, si vemos la penúltima fila, el neto del año 2023 fue Bs 14,777 millones. ¿Ello nos convierte en liberales? Pues no.

Resulta que deliberadamente omití los salarios que recibimos los bolivianos del Estado. Si ahora introducimos esta variable, tenemos que en el neto recibimos más de lo que aportamos, ello se refleja en la última fila con un neto de Bs 27,871 millones. Ahora estamos en la posición de Juan.

¿Por qué hice esa distinción con y sin salarios del Estado? Porque no todos trabajamos en el sector público. Algunos bolivianos se identifican más con María (clases medias y altas fuera del aparato estatal), mientras que otros se asemejan a Juan (quienes trabajan para el Estado).

Ahora déjenme presentarles una tabla, que para mí fue muy reveladora e intenta responder la pregunta: ¿Quiénes reciben salario del Estado? ¿Los ricos o los pobres? Resulta que, de todo el presupuesto del Estado asignado a sueldos y salarios, el 37.6% lo reciben las familias del decil más rico de la población, es decir, el decil 10; mientras que las familias más pobres (decil 1) apenas reciben el 0.1%. Esto tiene lógica: las familias campesinas y rurales, que suelen ser las más pobres, rara vez trabajan para el Estado. En cambio, las clases medias y altas urbanas son quienes ocupan la mayor parte de los cargos públicos.

¿Significa esto que el Estado boliviano solo beneficia a los más ricos? No.

Aunque en menor proporción, los hogares pobres también se benefician.

Utilizando la encuesta de hogares del año 2021 (lastimosamente el INE dejó de preguntar el gasto de las familias los años 2022 y 2023), se observa que, si elimináramos impuestos y transferencias, los pobres estarían peor, es decir, los pobres se benefician del Estado boliviano, aunque no tanto como los ricos.

Tanto número y tabla es confuso, lo sé. Por ello, me gustaría concluir con:

1. Los más ricos se benefician en mayor medida de la presencia del Estado, sobre todo a través de los sueldos y salarios del sector público, como lo hace con Juan.

2. Los más pobres reciben beneficios en forma de subsidios y transferencias, aunque en montos mucho menores.

3. Las clases medias que no trabajan en el Estado suelen salir perdiendo: tributan más de lo que reciben, como pasa con María.

Un gran tema pendiente es la inversión pública: ¿favorece más a los ricos o a los pobres? Las carreteras de exportación o los subsidios a la gasolina y diésel oíl suelen beneficiar a sectores con más poder económico; mientras que caminos rurales, agua potable o escuelas impactan directamente en los más pobres. Este es un debate que merece atención urgente.

En definitiva, estos tiempos recios —como diría Vargas Llosa— exigen un análisis sereno y con datos. Repensar el Estado boliviano empieza por entender quiénes se benefician, quiénes no, y en qué medida.

Una fría mañana santafereña del 28 de agosto de 2025, con ganas de regresar pronto a la Patria.

S. Mauricio Medinaceli

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