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10 Oct El blindaje a la economía boliviana solo funcionó bien en tiempos de “paz”
Imagine que usted es parte de una familia que produce quinua para venderla a los Estados Unidos. Imagine también que en años pasados tuvo precios de venta de la quinua muy buenos… extremadamente buenos. Ello le permitió hacer arreglos en casa, comprar celulares, poner una antena satelital, mejorar los insumos para la producción de quinua, hacer un pequeño museo en casa (con las cosas de su infancia), mandó a los chicos a un colegio privado… en fin, usted gastó sin piedad.
Lastimosamente, si algo no dura para siempre… tiene que acabar.
Ahora, usted enfrenta problemas. El precio de la quinua bajó (en el mercado gringo) y enfrenta dos situaciones: 1) sus ingresos son menores a sus gastos (que insiste en no bajarlos, para no perder popularidad dentro su familia) y; 2) los dólares que recibía por la venta de quinua ya no son suficientes para continuar comprando (desde la China) los celulares, los insumos para la producción de quinua, más antenas satelitales, etc. Usted enfrenta, un doble problema.
En macroeconomía, este problema (que es muy antiguo realmente) se llama: “déficits gemelos”. Es cuando un país enfrenta un déficit fiscal (los ingresos del gobierno son menores a los gastos); y un déficit en cuenta corriente (cuando los dólares no alcanzan para seguir importando). Esta situación pone a las economías en una situación muy frágil.
Resulta que la economía boliviana ahora enfrenta este problema… el de los déficits gemelos. En las siguientes figuras presento el déficit del Gobierno y el déficit comercial, además “sobrepongo” (en rojo) el comportamiento del precio internacional del petróleo (utilicé los datos de la Fundación Milenio).
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Bien, regresemos al ejemplo de la familia productora de quinua. ¿Qué hizo usted cuando enfrentó ese doble problema? Hizo lo tradicional, fue al Banco: 1) sacó sus ahorros y además; 2) pidió un préstamo. Así su familia aún le considera el mejor héroe de todos los tiempos… como dirían las tarjetas del día del padre: “el mejor papá del mundo”.
En la economía boliviana pasó algo muy parecido. Se financiaron (y se financiar) estos dos déficits utilizando las Reservas Internacionales del BCB y contrayendo mayor deuda externa, tal como se observa en la siguiente figura:
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Así como los ahorros del papá y los créditos del Banco no son infinitos, tampoco lo son las reservas del BCB y el acceso a mayor deuda externa. Tocará entonces equilibrar las cuentas macro lo más pronto posible, actualmente trabajo en el proyecto #MacroBolivia que intenta evaluar posibles salidas, al menor costo social posible.
No es hora de buscar culpables, es hora de encontrar soluciones… gane quien gane las elecciones nacionales.
S. Mauricio Medinaceli Monrroy
La Paz, octubre 10 de 2019
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