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06 Dic Muchas culturas, un solo problema: el precio de la gasolina
El otro día, cuando me dirigía a la ciudad de Sheberghan al norte de Afganistán, pasé por una estación de servicio y me surgió la duda acerca del precio de la gasolina regular en esta parte del mundo. Así que en la primera oportunidad me acerqué a una de las estaciones de servicio y pregunté el precio, bueno preguntar es muy ostentoso de mi parte (claramente el castellano es muy distinto al Dari) lo que hice fue ver el precio en afganis y luego consultar la unidad de medida. El resultado es que un litro de gasolina regular cuesta 55 afganis y de gasolina «premium» 65 afganis, es decir, US$ 1.00 por la regular y US$ 1.20 por la premium.
Estas cifras son tristes y naturales al mismo tiempo, tristes porque el ingreso promedio en Afganistán es muy bajo y aún ello, tienen un costo de la gasolina muy alto; naturales porque este país es importador (completo) de gasolina, entonces deben pagar los precios internacionales. Esta experiencia me motiva, una vez más, a revisar los precios de la gasolina en algunos países en el mundo, sin embargo, al igual que en otras oportunidades no sólo analizaré el valor absoluto, sino también, el relativo (ya seré más claro posteriormente). Bien, comencemos por lo usual, en el gráfico adjunto podemos ver el precio de la gasolina, en US$ por litro, para algunos países seleccionados. Boliviano al fin, pongo a mi país en rojo… las cifras no llaman la atención porque es lo que usualmente se afirma, que Bolivia, Ecuador y Venezuela tienen los precios más bajos de la región… sin embargo, es interesante la situación en México y Estados Unidos, como se puede apreciar.
Bien, como diría mi buen amigo Carlos, ahora toca ponerle «candela»; lo que hice es contrastar el precio de la gasolina contra el PIB per cápita. ¿Qué, qué qué…? Una de las críticas usuales al gráfico anterior es que no considera el «costo de vida» en cada país, vamos… un dólar en USA es distinto a un dólar en Afganistán. Algunos ejemplos, con 1 dólar en USA puedo comprar algunas cosas, pero en Afganistán puedo comprar muchas cosas más y en Brasil (como está el real) puedo comprar menos cosas. En este sentido, el gráfico que presento a continuación muestra el porcentaje de un litro de gasolina respecto al PIB per cápita. Los resultados son impactantes, Afganistán, Nicaragua, Paraguay y Bolivia son los países donde la gasolina representa un mayor porcentaje del ingreso promedio de sus habitantes, por otra parte, USA y Venezuela comparten los cómodos últimos lugares.
Podría escribir mucho sobre estos resultados, pero no quiero aburrirles, por ello a continuación presento la gráfica anterior sin Afganistán y Nicaragua. Ahora podemos ver cómo la clasificación de países cambia radicalmente respecto de la primera gráfica, ahora Bolivia se sitúa (aún con precios subsidiados) en los primeros lugares… como escribí en un post anterior, es que aún somos pobres pues.
Cuando un país es pobre y los precios de los derivados del petróleo son elevados ¿qué es lo que hacen los consumidores? ¿dejan acaso de utilizar el servicio de transporte? Lastimosamente la respuesta es no… no dejan de utilizar el servicio de transporte, en su lugar utilizan un transporte menos seguro. Por ejemplo, en esta foto muestro la solución que se encontró en el norte de Afganistán a los precios altos de la gasolina: motos adaptadas para transportar a los parroquianos del lugar. Este hecho no sólo se observa en este país, invito a revisar la experiencia de países latinoamericanos, cuando los precios son altos y las regiones son pobres, típicamente el servicio de transporte es malo y peligroso.
¿Qué hacer? Yo pertenezco al grupo de personas que está a favor de no distorsionar precios, pero también creo que no es cuestión de ajustar éstos (al alza) sin proteger al consumidor. No son pocas las oportunidades en las que planteo que la eliminación del subsidio (al precio de la gasolina) debería estar acompañada con un subsidio directo a las familias pobres (invito a revisar las experiencias de Brasil, El Salvador e Irán), sin embargo, en esta oportunidad también quisiera comentar que la solución de mediano y largo plazo viene (lo vi en Alemania) por un servicio público de transporte masivo. En este sentido, la inversión pública tiene mucho qué hacer, debemos estar conscientes que en la medida que se construyan carreteras se incentiva el consumo de combustibles fósiles; entonces si optamos (como en Medellín) por un servicio de transporte masivo que funcione con electricidad, de seguro la situación será mejor… o como nos gusta a los economistas: Pareto superior. Quizás muchos criticarán mi comparación con el PIB per cápita (dado que este indicador oculta muchas cosas… la mala distribución del ingreso es una de ellas), en este sentido, invito a ustedes… sí, ustedes, a que me ayuden a construir el indicador: pan y gasolina. Lo que les pido es que, a través de un cometario (lo pueden hacer más abajo) me cuenten el precio del pan «de batalla» (más barato) en su país y así en un post futuro puedo comparar: cuántos panes equivalen a un litro de gasolina.
Ahora, mientras atravieso el Salang Pass, pienso en lo diversas que son nuestras culturas pero al mismo tiempo, lo parecidos que somos los seres humanos; mismos problemas, mismas soluciones y mismas alegrías… al final quiero compartir esta reflexión: sólo me resta agradecer por el privilegio de vivir esta vida globalizada y, como es usual, dar gracias por mi querido Santi… creo, firmemente, que ser padre me hizo un mejor economista.
S. Mauricio Medinaceli Monrroy
Kabul
6 de diciembre, 2012
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